DESPUES DE LA LLUVIA, MOJADO QUEDA EL PASTO

Cuando empieza a llover en las sabanas tropicales bolivianas, llueve también un montón de espectativas de los habitantes del lugar donde la expresión sentimental se acrecienta desde la casa hasta el último rincón de la región, dando un perfecto contraste con la naturaleza.

¡ Qué magnífico escenario el que veo -maravillado-, por ésta expresión natural y viva de la gente del lugar!, algo así se escucha decir a algún observador que visita este rincón paradisiaco del Beni en Bolivia.

La cualidad de la simpatía de los habitantes de la región joaquiniana se debe al resultado de la relación coherente con el ecosistema de la naturaleza. Ambos factores han llevado una interacción ecuánime al uso, distribución, mantenimiento y paridad de los recursos disponibles, donde el ser humano es consiente del protagonismo de preservación de la naturaleza como herencia de las tradiciones familiares y comunitarias que ha recibido como doctrina primordial en la metodología de enseñanza y aprendizaje, de las generaciones anteriores y en pleno cultivo, para las actuales.

La tradición religiosa es la fuente adoptada como recurso de la fe de los pobladores joaquinianos. El cristianismo es la religión de la mayoría y por ende el antecedente y plataforma de todas sus expresiones: Tradiciones culturales, manifestaciones sociales, costumbres folclóricas.

He aquí una muestra de la buena voluntad de esta gente que no quiere otra cosa sino de ser reconocidos como miembros activos de un república donde su papel es fundamental para la conservación de la vida. Coloca de manifiesto vivo, su perfil proyectado para representar al Municipio Ecológico y de futuro natural al servicio de todos los habitantes de la región y de todos aquellos que quieran sumarse a la nueva alternativa municipal.

Vemos que la lluvia llegó y ésta vez acompañada por una tormenta de esperanza.