jueves, 29 de octubre de 2015

CRÓNICAS DEL MANGABAL DE SAN MATEO

"Mierdinga; ya salimos de pena y son burros los que se aplazan o andan pidiendo a la tinta que les ayude y evitar repetir la materia en el colegio", decía en aquellos ratos de mi juventud, presto para hacer cualquier travesura y una de ellas que les narro en seguida.
 Jipi-Jipi, silbando y corriendo se marcha a buscar el balde que servirá para recoger los frutos que el camino nos proporcionará cuando en San Mateo estemos juntando las mangabas para recolectar. Las diez de la mañana se está perdiendo en esos días de Octubre cuando eran los años de joaquinianos sanos e inocentes, tanto que la sombra del universo nos confundía con su esencia pura y armónica. Corría por los deseos de la mangaba que en el camino iba pisando y recogiendo y machacando su delicioso sabor; pues, mi sed se desvanecía y pedía mi cuerpo mas de la exquisitez.

Cada rato era inmenso cuando no dejaba de saciar las ganas de llenar mi baldecito, chiquitito y desposeído de envidia ni egoísmo que solo el placer de describirlo, atormentado y entretenido estaba en el acto que ni cuenta me daba en los momentos y distancia que recogía, sólo esta vez porque mi compañero de hazaña ya no lo tenía a mi lado. Fue casi un dia entero de calvario y oscuridad que la noche me delataría con la luna escasa . A la distancia se asemeja una pampa de sabana explícita y atrevida con el centro adornado por una palmera, de esas parecida al totaí, que me invitaba a curiosearla por su rareza; acudí y de repente el vendaval me cae de gotas gruesas y duras que escapo a la orilla del monte para esconderme de los rayos y truenos que se aproximan, no fue el miedo ni nada parecido pero no podía orientarme en esos momentos sólo atinaba a seguir caminando y caminando para llegar a un escampado y poderme orientar. Fuerza desnuda e impaciente me lleva desafiante y fortalecido a donde pueda protegerme del azote de la lluvia. sigo y sigo sin rumbo ni destino. Estoy perdido. No escucho ni veo nada extraño. El miedo se apodera de mí. Ruego por mi Madrecita. Repudio al maligno y reto su soberbia. Estoy con Dios.Pasa tiempo largo y con el las horas extensas que camino entre espinos y matorrales, hasta arroyos extraños y peligrosos traspaso. A la distancia calculo unos corrales que los analiso conocidos; esos bretes ajenos y lejanos en los bajíos del "Matucare". Son las sendas ganaderas de "Yemapelada". Tan lejos he llegado y solo con mi desdicha campestre. La noche se aproxima con mi ropa mojada y lodosa de los fangos del arroyo. Y lo peor vendría si no me protejo de los acechos del tigre que me ronda. Subo hasta los techos del corral ganadero y la luz de mi pueblo me llama. Me alegra ver el destello y me anima a continuar devuelta a mi casa. Lo demás son travesía odiosas, penosas y extrañas; dolores que mi cuerpo sufre con al pasar por esas send
La trampa del mangabal de San Mateo
as nocturnas. Y sin embargo nada veo ni escucho. Finalmente, llego destrozado y cansado al otro lado de San Mateo, detrás de los mangabales a orillas del arroyo Rosario.
Realmente, no se qué sucedió. Ocurrió así y así fue. Otro dirán mismas cosas pero se asemejan a lo que viví en el "mangabal de San Mateo.


martes, 31 de marzo de 2015

Quiénjué

Entrada la Semana Santa para los católicos, en nuestra tierra joaquiniana nace la nueva ironía de clasificar y conceptualizar a las danzas de manera libre, espontánea o esporádica, pero dramática; no obstante el error es evidente al escribir el nombre propio de cada suceso cultural y es este caso, la danza de resurrección, que dejo a sus juiciosos puntos de vista la siguiente moción;

jueves, 26 de marzo de 2015

AGUACEROS NUESTROS Y AJENOS

San Joaquín de Agua Dulce
Para esas veces, después de una lluvia, significaba salir a caminar y refrescar en la tarde. Aprovechaba para arrear el ganado que se resistía llegar al corral. Entre chicote y matorrales, el pasto mojaba cada canilla de reces extraviadas. El cañuto de malvas espinosas sonaba como malezas en el momento de pisar sus tallos esponjosos y enjutos. Eran tiempos de ni niñez y no muy lejanos siquiera; ahorita es tarde para recordarlo porque mi tierra y mi gente pareciera que se han olvidado de sus riquezas; sólo buscan tesoros ajenos y costosos. Éstos pueden ser obtenidos a corto tiempo pero la tristeza de corazones es su destino. Mi pueblo está entre malezas; el mamuri invade sus venas y se amplifica la mancha negra entre su cultura profanada por razones y alienamientos forráneos.
Decía que, ahorita es tarde, refiriéndome al momento en comparación del ambiente de antes. Resultado de nostalgia, no es, ni lloriqueo de vejez.Es, manifestación de puro corazón para que cada familia se vaya enterando de que es temprano para volverse a otra manera de vivir.
San Joaquin nos bendice y siempre nos acompaña. No desperdiciemos la vida. Hagamos de nuestra gente un foco de dirección programada para los que después nos reemplacen y crezcan en abundante paz.
Las costumbres de otros, y sus vicios, son suyas y ajenas, son de ellos y no de nosotros. Las hojas viscosas-verdolagas son ajenas y no traen nada bueno, al contrario, inyectan néctar fugaz y sucio que atormenta cada día la dignidad de las familias. Sigamos usando el chivé y la pasoca como tapeque cotidiano. Es nuestra tierra y nuestra gente el maravilloso esplendor que acompaña la verdadera fuente de virtud y dignidad joaquiniana.

miércoles, 24 de marzo de 2010

AÑORANZA JOAQUINIANA

Autor:   Los Ases del Beni
Ritmo:   Chovena
Foto:     Ruben Dario Roca Oyola

Cuando yo escucho hablar del Mamoré
en el recuerdo sé lo que dejé
atrás fue un dia cuando me marché
¡Oh! Tierra hermosa donde me crié

Para el Agua Dulce y la Saramuchikí.
Con mucho amor le canto desde aquí;
están en la tierra donde yo nací:
Mi querido San Joaquin.

Tiene lagunas para ir a pescar,
tiene sus montes pa'ir a cazar.
El San Bartolo pa'ir a nadar;
está el Rosario y el Mangabal.
Hay motacusales y también, cusisal,
está el Machupo para navegar.
Tiene alisales, también tajibal;
el sumereque y cascajal.

lunes, 22 de marzo de 2010

La trampa en madrugada.

Foto: Patricia Gallegos

_ Ya hace más de una semana y Este 'Donjuan' que no aparece. Me han contado que sigue de chupa en chupa y no sé por qué deleites se las anda dando. Ni siquiera sus amigos son capaces de botarlo a la calle o traerle a su casa, al muy simberguenza de tipo.
Se escuchaba decir este tipo de comentarios al lado, mi vecina que reclamaba la usencia de su marido. Y si fuera poco, creo que no lo miraba a Don Cirilo unos buenos dias pero éstos marcaban más de los ocho.
Paso el tiempo y una tardecita de esas cuando el calor se apropia del horizonte y la humedecida naturaleza te invita a descansar, me atrevo a pregunatarle, qué pudo haberle sucedido, a Don Cirilo, esos dias de juerga pueblerina.

_ Mirá, hijo- me empezo a contar- no es que hubiera sido borracho sino que fue unos de esos gustitos que me quice dar de visitar a mis compadres y como esos no son pocos, pues te podés imaginar la cantidad de dia que pudo tomarme visitarles.( qué modestia genuina, dirán algunos).

Aconteció que pasada una semana de esas y a horas de la madrugada, decidió volver a su casa. Queriendo cruzar la calle para ingresar a la plaza del pueblo por la esquina de Chato Vargas, creyó ver una luces a media cuadra de la calle que lleva a Agua Dulce, arroyo circundante. Le pareció ver que esas luces salian de la casa de Pacù Montero o muy cerca de ella. Entre las dudas que tuvo fue imaginarse un velorio de difunto o qué cosa, sería. Paró su marcha unos minutos y con la pequeña lucidéz que le dejaba el alcohol, decidió seguir esas luces para poder descansar y mejor seguir su camino ya al otro dia por la mañana.

Imagínense que decidió ir al velorio, según él. Y asi ,pues, sucedió.

Ya pasaba un rato y no podía llegar a ver gente o romería en cerca a la luz que le guiaba. Porque de costumbre, los parroquianos joaquinianos deciden acompañar los velorios compartiendo agua ardiente y fumando cigarros de tabaco.

A don Cirilo le preocupaba no ver nada y sólo a este personaje que le invitaba a seguir caminando , tal como lo hizo desde el principio cuando le invito a seguirle. El insistía a que se presente y pueda saber de quién se trataba, aun así fue imposible averiguar quien era su incógnito compañero hasta que le exigiò al paso y supo casi percatarse del perfil de su desconocido caminate. Fue grandísima su sorpresa al ver que este individuo tenia un rosto horrible y no humano que a gritos le exigió saber de qué se trataba. Ya cuando la luz seguía vigente y como siempre lejana a su gusto, desenfundó su puñal de la cintura y lo retó a pelear o al contrario, alejarse de su humanidad indefensa, si se tratara del maligno viviente. 

Asi, pues, sucedió. Dió media vuelta para dejar se seguir la luz que le invitaba a descansar. Se percató que no habia seguido en la calle misma donde empezó su travesía sino en matorrales y espinas de una selva tupida, húmeda y oscura. La experiencia misteriosa le devolvió la sobriedad necesaria para poder ubicarse y llegar a las copnclusiones que pudo haber seguido su propia muerte desconociendo el caso. Por la mañana caminó siguiendo su instinto y pudo seguir las trillas de carretones que lo devolvieron cerca al rio Machupo.

Así, pues, sucedió lo que siempre se lo ha denominado como 'la trampa'.

jueves, 11 de marzo de 2010

Creer que se puede crecer.

Son sueños como todos los demás. Podés despertar con unas ganas locas de construir y darles vida a aquellos sentimientos que tuvimos ese dia anterior. Empezamos la tarea pero vemos que son grandes los obstaculos para vencer. La fatiga nos invade e impide proseguir aún así seguimos intentándole. Ya son los años que nos enseñaron nuestra madurez. Y la carga se nos puede acomodar. Vemos que se acaban los años de colegio y la curiosidad de saber qué se esconde más allá, comienza a madurar. No sé qué pasará pero el intento es el primer zanco de avanzada a saber.

Nuestra vida comienza a suspirar anhelos de crecer y ser el ejemplo de nuestras familias es lo que hará la singularidad de los actos. Cientos de sueños y emprendimientos van naciendo a medida que los años, también se multiplican. Son muchos los que se atreven a retar su realidad y son ellos los que pueden triunfar porque jamás les doblegó el mínimo cansancio ni penas ni angustias ni soledad. Su carga es pesadísima aún así habán sobrellevado el calor de luchar, porque en ellos está el nuevo amanecer.Probarán jugos de amargura y retos personales. Serán catalogados como viles porque no les conocen y sabrán que su esfuerzo pudo valer la pena como para decir aquí estoy y empecemos a construir nuestros sueños que deben ser realidad.

Estos jóvenes hacen la huella de crecer. Sigámosle.

Patas Coloradas

! Qué había sucedido¡.

Imagínense una noche calurosa,oscura y húmeda donde los chiquitingos tienen como pasatiempo el correteo,  juego ingénuo de infantes. Dándose una escapadita de los padres y hacer de las suyas,sin trabas ni complicaciones de libertad en esos momentos en las cunetas y calles de San Joaquin. Pobre ropa la que cargan en semejante agetreo en las calles de ripio colorado. Sudor y polvo impregnando su existencia. Pacífica experiencia de explorar las inocencias infantiles.

Grata presencia de tradiciones humildes y honestas maneras de expresar las posibilidades cercanas de estas familias benianas, llenitas de vida social. Las consecuencias que dejan no son comparadas al sustancioso aprendizaje de la solidaridad vecinal que enseñan los barrios joaquinianos. Mañana será lo que trae. Es como despertar y respirar el profundo aliento de la vida misma hecha realidad. A pesar de las secuelas descubiertas en la cama, no es tan importante como un sonrisa en esa familia feliz porque le llega la tarea de vivir.

Infinitas cosas se pueden recordar de la infancia y esos ratitos excepcionales que pudieron vivir las personas. 'Cada quien con su cada cual' pero con sus específicas circunstancias. Son detalles que caminan pesando nuestros pies a cada pisada y transformando la experiencia diaria.

No se trata de reprochar por la mugre dejada en las ropas de los pequeños por el polvo rojizo y sucio sino el gusto depasar un dia màs aprendiendo de los demàs.